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domingo, 7 de diciembre de 2014

Un Gran Barca en el derbi

El atraco comienza en el minuto 13, cuando Sergio García adelanta al Espanyol en una jugada que nace de una clara falta sobre Busquets no señalada por el árbitro que en condiciones idénticas, pitaba todas las faltas de Mascherano, Alba y Busquets sobre el rival, para que estos pudieran tocar un poco el balón.

Y digo un poco, porque a pesar del 0-1, y de que tuvieron el 0-2 en sus botas, el Barça realizó un trabajo magnífico provocando que no pudieran ni oler la pelota gracias a un nivel de concentración y orden altísimo durante casi todo el partido, que permitió realizar un juego posicional notable, donde desgraciadamente sólo volvió a fallar la última línea que una vez más no se sintió cómoda ante el buen cerrojo rival.

Uno de esos cerrojos con 11 jugadores totalmente implicados en defender y perder tiempo. Sin miramientos. Vamos, calcadito a lo que se ve en otros campos de España ¿verdad? Y eso es lo que aumenta el valor del trabajo del Barça. Hizo circular la pelota a una velocidad altísima, fatigando a un rival que si bien tuvo el 0-2 en sus botas, también vio como Casilla salvó ante Alba el 1-1, como lo hacía el larguero y la mala puntería de Suárez o los malos controles y decisiones en los metros finales del equipo.

78% de posesión al descanso, en lo que fue un baño impresionante que por fortuna contó con el golazo de Messi en la última acción de la primera parte, para colocar el 1-1.

Un gol vital en el apartado psicológico, ya que el Espanyol sabía bien que con el desgaste realizado ya le iba a costar aguantar el 0-1, cuanto más el 1-1. Y así fue. El Barça salió arrollador en la segunda parte. Casi tanto como Bertrand que cometió un penalty unas 500 veces más claro que el que ayer se señaló en el Bernabeu, pero por supuesto el amigo colegiado tenía que gastar todos los cartuchos para ver si había suerte y no pasábamos del empate.

Para su desgracia, el mejor futbolista del mundo en la actualidad y de todos los tiempos, fabricaba con ayuda de Neymar y Suárez - el Espanyol dejó más espacios en esos primeros minutos, posiblemente quiso sorprender buscando un gol temprano que les devolviera ventaja y eso nos ayudó - el 2-1 a los cinco minutos de la reanudación, y tan sólo tres más tarde el Barça volvía a sacar partido de las acciones a balón parado - cada vez más, y esto me alegra - con un gol de Piqué colocando el 3-1 en el marcador.

Un 3-1 tremendamente justo y merecido en base al festival de pases y fútbol ofrecido. Porque esto, aunque sigan repitiéndolo toda la vida cual paleto del fútbol - no hay un término mejor para definirlo por muy fuerte que suene - no consiste en: "este mete más goles, es mejor que aquel", "aquel llegó dos veces claras a puerta, y tú no llegasta ninguna, así que aunque tú tienes el balón no estás jugando bien", sino en conseguir realizar un buen trabajo durante los 90 minutos que te permita acercarte a la victoria, y cuando tú haces circular la pelota a la velocidad que nosotros lo hicimos, aún dando el rival la vida y el árbitro poniendo su grano de arena - como siguió poniéndolo evitando el 4-1 de Suárez con otro fuera de juego inexistente (y van...) -, lo normal es que acabes no sólo ganando, sino goleando, que es lo que sucedió.

Pedro entró por Suárez, y gracias a una fenomenal asistencia de Jordi Alba - no de llegada a línea de fondo y centro como cabría esperar, sino de un lanzamiento en largo "a lo Piqué" desde su carril de lateral, sobre el desmarque de ruptura -, volvió a marcar y sacar una sonrisa que prolongo asociándose con Messi como en los viejos tiempos para darle una nueva asistencia como en Amsterdam y Chipre, que le permitía sumar un nuevo 'Hat-trick', el tercero en los últimos cuatro partidos, cerrando la séptima victoria consecutiva de un Barça que mostró un tono físico y anímico muy superior a lo que venía ofreciendo durante la temporada.

Ahora viene un rival de campanillas, contra el que será un placer examinarse y comprobar en qué punto estamos, tras el fiasco del Bernabéu - no por el resultado, sino por el nivel de juego que fue penoso -.

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