Los jugadores del Barça se han puesto la pistola en
el pecho. No pueden fallar más. Otro pinchazo podría descabalgarles de la lucha
por el título. Comenzaron muy bien, pero han ido de más a menos con un inicio
de segunda vuelta decepcionante. Llegaron a sacar seis puntos de ventaja al
Madrid y ahora están tres por debajo. Se han cambiado los papeles. Es muy
distinto ir de líder a tener que chupar rueda. El próximo domingo los de Ancelotti
tienen una prueba de fuego, Atlético-Real, un partido donde pueden eliminar a
un competidor y confirmar sus aspiraciones. Por el contrario, si los de Simeone
levantan cabeza y tumban a su enemigo eterno rival, el Barça puede recuperar el
liderato, el terreno perdido en San Sebastián. El problema es que está obligado
a ganarlo todo hasta que visite el 23 de marzo el Bernabéu en el match que
puede decidir media Liga. Y en este sentido, preocupa la irregularidad del
Barça que es capaz de lo mejor y lo peor en muy corto espacio de tiempo. Son
las dos caras de un equipo que cuando se enchufa es imparable pero que cuando
desconecta puede perder con cualquiera. Aquí tiene que apretar la mano el Tata
Martino. Hay que exigir actitud y entrega en todos los partidos, cualidades que
van incluidas en el sueldo y que son de obligado cumplimiento.
Tras la derrota de Anoeta, el entrenador del Barça quedó a los pies de los caballos. Han tenido que pasar unos días para que dos pesos pesados del vestuario dieran la cara por él asumiendo la parte de culpa que tienen los jugadores. Iniesta y Xavi han hecho piña con un técnico que ha perdido la virginidad, que comienza a darse cuenta de lo duro que puede ser el banquillo del Camp Nou si las cosas se tuercen. No estaría de más que en esta misma línea se expresara Messi, compatriota del Tata y jugador con un peso específico muy grande en la plantilla. Todos van en el mismo barco, todos deben remar en la misma dirección si no quieren perder el rumbo en aguas agitadas. La suerte del equipo está en manos de los jugadores. No pedimos autogestión. Lo que reclamamos es que sean conscientes de que disfrutan en una situación que les permite aspirar a ganar los tres títulos. Que lo consigan o no, depende de su entrega, entusiasmo y rendimiento.
Tras la derrota de Anoeta, el entrenador del Barça quedó a los pies de los caballos. Han tenido que pasar unos días para que dos pesos pesados del vestuario dieran la cara por él asumiendo la parte de culpa que tienen los jugadores. Iniesta y Xavi han hecho piña con un técnico que ha perdido la virginidad, que comienza a darse cuenta de lo duro que puede ser el banquillo del Camp Nou si las cosas se tuercen. No estaría de más que en esta misma línea se expresara Messi, compatriota del Tata y jugador con un peso específico muy grande en la plantilla. Todos van en el mismo barco, todos deben remar en la misma dirección si no quieren perder el rumbo en aguas agitadas. La suerte del equipo está en manos de los jugadores. No pedimos autogestión. Lo que reclamamos es que sean conscientes de que disfrutan en una situación que les permite aspirar a ganar los tres títulos. Que lo consigan o no, depende de su entrega, entusiasmo y rendimiento.
Gracias a Dios que me ha dado tanto en la vida
incluso un lector como tu!
Gracias a Dios que me ha dado tanto en la vida
incluso una madre y un amor como tu Gaby!
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