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viernes, 9 de mayo de 2014

Dos finales como las veo antes de la previa

Si algo bueno posee el Barça, además de una plantilla de gran calidad, es que los automatismos no se han perdido en todos estos años. Sin embargo, sí que en ocasiones el equipo ha estado muy lejos de su mejor versión por una falta de organización que casi siempre tiene que ver con la frescura mental de los jugadores y con el criterio del entrenador.

Cuando tu fútbol se basa en tener la pelota y realizar transiciones tan largas y elaboradas, tienes que pensar mucho más y mejor que el rival para tener éxito con el "juego de posición". ¿Por qué? Porque realizas un viaje de una portería a otra mucho más largo que aquel equipo que basa sus acciones de ataque en el contragolpe. Transiciones cortas, aprovechando que las líneas del rival están muy adelantadas y por tanto se pueden superar con más facilidad.

En el largo viaje del Barça, que va desde Pinto, hasta la portería rival, por norma general hay que superar tres líneas. La presión que el rival realiza sobre tu línea defensiva, el trabajo en la zona centrocampista y la última, la zaga defensiva. De cómo estés preparado para superar cada línea, dependerán tus opciones de éxito. Pero hay que decir que no siempre nos enfrentamos a "tres líneas", sino también a dos, como muy probablemente suceda contra el Elche y el Atlético de Madrid - aunque en este caso no es tan probable teniendo en cuenta los planteamientos de Simeone en la Supercopa y en la Champions -.

Existe la posibilidad de prescindir de una línea, para fortalecer la solidez defensiva de las otras. En ese escenario, el Barça esta temporada ha sufrido mucho más que en cualquiera de las últimas cinco temporadas para conseguir una alta velocidad en la circulación de la pelota, y desde mi punto de vista esto se debe a una menor frescura/agilidad mental de los jugadores y a peores planteamientos.

Al referirme a frescura/agilidad mental, siempre lo hago pensando en el juego de posición. Sobre el pase, no manda principalmente el pasador, sino el que realizar desmarque de apoyo o ruptura. Cuando el Barça está jugando bien, podemos ver a jugadores sin balón moviéndose a gran velocidad para ofrecer soluciones de pase, y a la vez al poseedor de la pelota tener muy claro el siguiente pase antes incluso de que le llegue la pelota.

Así es cómo se consigue una gran velocidad de circulación. No se trata de machacarte a correr y hacer kilometros, sino de ser inteligente y ocupar bien los espacios. Obligar al rival a abandonar su "zona de confort", estirar el campo, generar soluciones para que el poseedor de la pelota tenga las mejores circunstancias - y especialmente si es Messi el que la tiene... -.

Dicho así, parece muy fácil. Cogemos todos a 11 chavales, y en unos años ganamos el "triplete". Pero la realidad es que ordenar y mantener en orden a 11 jugadores es complicadísimo, y de ahí el tremendo mérito del Barça, Guardiola, Cruyff, Rijkaard, Van Gaal y tantos otros entrenadores.

Si el equipo no es el que falla. Si los jugadores mentalmente están preparados para trabajar al nivel deseado, entonces es el entrenador el que está fallando, y es que el entrenador debe ser el que ofrezca al equipo las soluciones para desarticular las propuestas del rival.

Sean planteamientos atrevidos, con presión muy alta - el Atlético suele emplearla mucho contra nosotros -, o sea con planteamientos conservadores, el entrenador tiene que anticiparse a esos movimientos y ofrecer a los jugadores las vías de salida.

Martino lo hizo por ejemplo ante el Getafe, cuando decidió prescindir de Mascherano (central) para incorporar a Fábregas (centrocampista con plena libertad en ataque). El Barça que no estaba consiguiendo desarbolar la maraña de Contra, encontró espacios en un abrir y cerrar de ojos, pero no porque Cesc Fábregas por sí mismo fuera capaz de cambiar el partido, sino porque la suma de un nuevo jugador a marcar por el rival, desconcertó mentalmente a los jugadores del Getafe y en las dudas es donde aparece el tiempo y el espacio, que lo es todo en el fútbol.

Algo idéntico sucedió en el Barcelona 1-1 Atlético de Madrid de Champions. Fue dar entrada a Alexis Sánchez por Cesc Fábregas en el minuto 68, y en el minuto 71 ya habíamos conseguido el gol encontrando un tremendo "agujero" que no se había producido en todos los minutos anteriores, al igual que sucedió con el Getafe. El Atlético de Madrid no supo adaptarse a la modificación del Barça y el 2-1 estuvo realmente cerca, a pesar de que hasta el minuto 68, casi ni habíamos rematado a portería.

Pero no sólo se trata obviamente, de hacer este tipo de "cambios revolucionarios". Es algo mucho más sutil y trabajado. Por ejemplo, ante rivales como el Elche, que tienen recursos ofensivos limitados, ¿puedes arriesgar permitiendo que un central se incorpore a la línea centrocampista para generar confusión?, ¿puedes dar libertad ofensiva constante a los dos laterales?, ¿puedes permitir que un interior se sume al ataque con alta frecuencia? Yo digo que sí a todas ellas. Obviamente conlleva exigir a los jugadores un plus de intensidad mental para que tras pérdida estén más atentos y cubran las posiciones de esos compañeros que abandonan su posición, pero el equipo está más que acostumbrado a realizar esos esfuerzos.

Una de las jugadas maestras de Guardiola y grandes diferencias que noté en estas últimas dos temporadas, es la manera de sacar la pelota jugada desde atrás cuando el rival viene con muchos jugadores, intensidad y orden a presionarte. Con Guardiola el porcentaje de éxito era enorme. Y esto es importantísimo, porque los que viven en el siglo pasado del fútbol - ¿eh Beckenbauer? ¿qué tal el Madrid en Valladolid con su "fútbol vertical" metiendo en su área hasta al apuntador?, ¿te apasionó verdad? Ah... que como el resultado fue negativo, hoy no toca hablar... - siguen creyendo que eso es "un aburrimiento", que es sólo "posesión especuladora y no vale para nada", pero sobre todo te aporta dos ventajas que son decisivas:

Permite dar continuidad al juego. Que el juego no se interrumpa es clave en el apartado frescura/agilidad mental. De ahí que insista tanto en lo sucio y antideportivo que me pareció encharcar el campo el año pasado en Münich - con ese propósito -, y por supuesto lo que hizo el Real Madrid este año con el Bayern - tirándose varios jugadores, haciendo pases atrás y perdiendo todo el tiempo que podían -.

Esa continuidad destroza física y anímicamente al rival. Presionar muy arriba exige un plus físico y si no consigues que el juego se interrumpa, prácticamente te estás suicidando, porque no aguantarás ni 40 minutos actuando de esa manera.

Como ya he dicho, ante el Elche posiblemente no tengamos que preocuparnos de este apartado más que en ocasiones puntuales - saques de banda y de puerta -, pero ante el Atlético de Madrid sí será muy importante, ya que emplea esa estrategia en más ocasiones.

Por supuesto, hay que dejar toda la energía física y mental en el campo. Hay que darlo todo. Pero no olvidemos que nosotros, a diferencia de equipos como el Real Madrid, el Atlético de Madrid, el Chelsea... no somos un equipo que gane por "echarle corazón", sino sobre todo por tener la cabeza fría y muy despierta.

No entremos en provocaciones. No permitamos que nos rompan el ritmo de los partidos. Trabajemos elaborando planes para desarticular las líneas del enemigo. Trabajemos sin balón, para que el poseedor de la pelota encuentre soluciones de pase lo antes posible. Orden, intensidad, sacrificio, disciplina y creatividad.

Tenemos la Liga en nuestras manos. Ahora sí, hay que conseguir ser el mejor Barça para ganarla.

Gracias a Dios que me ha dado tanto en la vida incluso un lector como tu!
Gracias a Dios que me ha dado tanto en la vida incluso una madre y un amor como tu Gaby!

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