El Barça consiguió su tercera victoria consecutiva tras el ‘accidente’ de San Mamés. Superó a un complicado Villarreal (2-1) que vino a defenderse. Sigue lider, a la espera de lo que haga este domingo el Atlético y le saca cinco puntos a un Real Madrid que tropezó en Pamplona. No lo hizo con la misma espectacularidad del día del Celtic ni con las facilidades de Cartagena. El 'submarino' supo defenderse ordenadamente, sobre todo en la primera media hora. Los castellonenses no imitaron a los escoceses, no le plantearon un partido de tú a tú al Barça porque Marcelino sabía que eso era un suicidio. Prefirió esperar atrás y encerrarse en su área utilizando la táctica de los tres medios centros por delante de la zaga. La entrada de Xavi por Song en la segunda parte fue básica en el cambio de rumbo del partido.
A partir de la entrada del crack de Terrassa todo fue mucho más fácil para un Barça que necesitaba de sus pases, de que hiciera de director de la gran orquesta blaugrana. Xavi, Busquets e Iniesta cuando juegan juntos son un espectáculo, más si los rivales les dan espacio como hicieron. Y Neymar colaboró a la fiesta con dos nuevos goles que elevan su cuenta a diez. El brasileño justifica, partido a partido, el acierto de su fichaje.
El Barça tardó 29 minutos en deshacerse de la tela de araña que había desplegado el Villarreal por orden de Marcelino García Toral, doblando las posiciones y esperando en el área propia. Sin dejar espacios. Fue casi media hora de dominio absoluto del balón por parte barcelonista, pero sin apenas verticalidad ni jugadas que buscaran el ‘uno contra uno’. El Barça fue jugando con tanta paciencia, como poca verticalidad, sin pólvora en ataque.
Lo que mejor hizo el Barça fue la presión. El Villarreal, que notó mucho las ausencias de Bruno y Cani, dos jugadores vitales para ellos, perdía el balón con mucha facilidad. El Barça no era capaz de beneficiarse de esas jugadas de contrataque. Sólo en una ocasión Neymar se fue raudo hacia le marco rival, pero Musacchio deshizo el peligro.
El partido se empezó a decidir cuando Busquets cambió el juego con un pase largo desde la derecha a la izquierda, donde Jordi Alba centró tal como llegaba el balón y Mario desvió el esférico con el brazo. Penalti innecesario (29’). Neymar cogió el balón y se dirigió hacia el punto situado a 11 metros de la línea de gol. Tiró la pena máxima con‘paradinha’ marca de la casa y logró el 1-0. Alexis pudo ampliar la ventaja en unos minutos en los que el Barça atacó con más fe, en que tuvo más espacios. Pero Asenjo pudo despejar el balón, rematado flojo por el chileno, cuando el tanto parecía claro (39’).
Tata Martino, poco dado a los cambios hasta la fase final de los partidos, siguió con el mismo ‘11’ con el que empezó el partido. No tocó nada tampoco sobre la disposición táctica de sus hombres, con la extraña colocación de Song, muy arriba, en una zona en que carece de los espacios que necesita para evolucionar. El partido se complicó a los tres minutos, en una jugada de estrategia, como no. Musacchio le ganó la posición en el remate a Bartra y batió a Pinto de gran cabezazo (48’). Fue un gol de accidente, igual que el penalti del Barça, en una acción aislada. Eso sí, quedó refrendado, una vez más, lo mal que defiende este equipo azulgrana a balón parado.
El Barça reaccionó aumentando la velocidad de desplazamiento de balón, buscando mayor verticalidad. Alexis chutó de lejos, fuerte, pero centrado y Asenjo paró sin complicaciones. Al menos, presionó más al Villarreal, lo encerró atrás. El gol no llegaba, aunque Montoya estuvo muy cerca de él, en otro balón profundizado por el lateral.
Martino rectificó y dio entrada a Xavi por Song, se volvió al centrocampo tradicional, Xavi, Busquets e Iniesta. Casi en la primera jugada, Cesc se quedó sólo ante Asenjo y el portero despejó apuradamente a corner. La grada del Camp Nou se dio cuenta de que era un momento importante del partido y empezó a animar. El equipo lo agradeció.
La entrada de Xavi se notó positivamente. El balón ya rodó a mil por hora. Y el gol llegó en una jugada de toque en que la zaga castellonense se comió el fuera de juego. Cesc centró, Alexis controló bien el esférico en el segundo palo y le cedió el balón a Neymar para que marcara el 2-1 a placer. Era el tanto de la tranquilidad. ‘Ney’ lograba su quinto gol en lo que va de semana, tras el ‘hat-trick’ frente al Celtic. Diez tantos vistiendo la camiseta barcelonista en partido oficial. Seis en Liga, tres en Champions y uno en la Supercopa.
El 3-1 debió llegar en un gran remate de Iniesta a centro de Alexis que Asenjo despejó apuradamente. Martino cambió a Alexis para dar entrada a Pedro. Quería amarrar el partido con un gol más.
Tata Martino hizo el tercer cambio. Dio entrada a Sergi Roberto por un discutido, por el público, Cesc que protagonizó un irregular partido, con acciones buenas como el pase que propició el 2-1 y otras acciones que fueron silbadas por la afición.
Fuerion minutos emocionantes en que se entró en un correcalles que, normalmente, beneficia a los hombres de Tata Martino. En esa fase Neymar y Sergi Roberto protagonizaron una jugada que si llega a acabar en gol (tropezó en el larguero y fue anulado por fuera de juego del catalán) es candidato al gol del año. Hubiera sido la guinda a un interesante partido.
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