El Barça fue incapaz de superar
la ordenada defensa del Levante de Joaquín Caparrós.
Sólo Piqué pudo batir a un grandísimo Keylor Navas,
pero, por el contrario, Valdés volvió a encajar un gol de
córner. Y no cuela lo de que si eres bajito no puedes defender los balones
aéreos. Bakero era un experto, Ayala tampoco
era un gigante.
Lo peor no fue el resultado, que entra dentro de
lo posible por lo complicado que resulta superar a los azulgrana valencianos,
sino el pésimo partido que jugaron los barcelonistas. Tampoco Tata
Martino estuvo muy inspirado, con unos cambios que llegaron tarde y
fuerion injustos porque ni Cesc ni Pedro
hicieron méritos para ser sustituidos y otros como Alexis
acabaron el partido en el terreno de juego a pesar de que no tenía su día.
La imagen de ver a Gerard Piqué
al 'estilo Alexanko' en los minutos finales de partido habla de falta de
recursos ofensivos. El Barça disparó 14 veces entre los tres palos. Vale. Pero,
por contra, le pillaron al contragolpe en siete ocasiones.
La primera parte fue horrible a nivel de ataque y
en la segunda tropezaron con el portero costarricense, con un Messi
que jugó demasiado retrasado, lo que permitió que le hicieran las 'faltas
tácticas' necesarias para evitar sus habituales jugadas. Hubo reincidencia en
atacar por el centro donde Caparrós no puso el autobús, sino toda una flota.
Defendieron con orden, sin ceder un palmo de terreno al Barça. Además, la
presión barcelonista brilló por su ausencia. Salvo Busquets (que recuperó 11
pelotas) ni en ataque ni en el centro del campo hubo 'pressing'. Eso lo pagó la
defensa.
'Jokin' Caparrós dijo en la
víspera que jugar contra el Barça era como ir al dentista, que daba miedo. Su
ejemplo, amén de que los dentistas actuales no hacen daño, no fue buena porque,
en este caso, pareció que fue el dentista (Barça) quien se empeñó en sacarse
las muelas sin anestesia. Queda mucha Liga, recién ha empezado la segunda
vuelta, pero en el fútbol cuenta mucho la imagen, el estado de ánimo. Todo el
miedo escénico que dio Messi con su gol en Getafe, quedó este domingo diluido
en Valencia. Y por más que se empeñe Tata Martino, en Valencia
sí que se apreció un paso atrás en el juego, porque no basta con la buena
circulación del balón, si el esférico no corre deprisa, si los jugadores están
estáticos y, sobre todo, si nadie pisa el área.
Gracias a Dios que me ha dado tanto en la vida incluso un lector y un amor como tu !
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