Menisco, cartílago, rótula y ligamentos: rodilla.
Una organización más peligrosa para los futbolistas que FIFA y UEFA juntas. La
de Falcao está rota. “Crash”. Se rompió en un partido de papeleo. Dieciseisavos
de Copa frente a un equipo que no existe en Wikipedia, el Chasselay. Durante
una jugada que el delantero repite mil veces, recepción, enganche, pique corto.
Y desbordando al tronco favorito de los chistes, el lateral derecho.
Lesiones como la de Falcao suceden un martes cualquiera donde no tendría que ocurrir nada. Pierde
Colombia, Brasil, América y nosotros. Porque Falcao iba a ser de las estampas
cotizadas en Panini, un jugador muy querido que heredó los rasgos del viejo
goleador sureño. Tiene algo de Batistuta, Zamorano y Salas. Es natural, simple,
clásico. Viene de esa rama de arietes tenaces, rematadores totales, de los que
atacan para sobrevivir. Igual marca un gol de barbilla que de costilla. Invencible
en el cuerpo a cuerpo, infatigable y sufrido.
Las penas de Falcao empiezan cuando es capturado
por un fondo de inversión y encerrado en la bóveda de un banco. El Doyen Group
que invierte en minas, acero, petróleo y gas, decidió hacer caja con el “Tigre”
y lo vendió al primer oligarca que encontró. Dmitry Rybolovlev, dueño del
Mónaco, otro ruso que se aburre con la
Play y prefiere comprarse un equipo de carne y hueso. Los
goles de Falcao para los accionistas del Doyen Group son otro mineral por el que
reciben dividendos. Hasta que Soner Ertek, futbolista en sus ratos libres, se
volvió una variable de mercado y compromete el Mundial y la carrera de
Falcao. Al colombiano se le extraña en las grandes ligas. España, Italia,
Inglaterra o Alemania, juega en Francia sí, pero abajo del PSG, Ibrahimovic y
Cavani. Brasil 2014 contra Grecia, Costa de Marfil y Japón de entrada, era
perfecto. Porque además Colombia tiene un cuadro de largo recorrido, alegre y
entrañable, de los que se vuelven el segundo equipo de todos. La pérdida de
Falcao no es colombiana, es mundial.
Gracias a Dios que me ha dado
tanto en la vida incluso un lector como tu!
Gracias a Dios que me ha dado
tanto en la vida una madre y un amor como tu Gaby!
Muyyyyy bueno, me encanta cielo.....
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